Empezamos llaneando por esta pista asfaltada y seguimos durante unos 700 metros hasta que encontramos, en la zona conocida como entrerríos, un puente a mano derecha sobre el río Bayones y que es conocido con el nombre del Puente de Rozas. El nombre de “Rozas” deriva de una práctica común, en siglos pasados, en todas las sociedades montañosas de la Cordillera Cantábrica, y que se refiere a un proceso de roturación (labrado) de áreas boscosas para dedicarlas al cultivo del cereal o al pasto de ganado en épocas de mayor necesidad; generalmente, el rozo, mezclado con estiércol, era utilizado para la elaboración de abono.
Al otro lado del puente continuamos por una cómoda pista en la que ya encontramos un letrero que indica que a partir de este punto está prohibido el paso para vehículos no autorizados. Esta es la pista que se dirige hacia la ermita del Moral, teniendo el regato de la Toba a nuestra mano izquierda y el arroyo de Canalejas a nuestra mano derecha.
Continuamos con este ligero pero constante ascenso y a los treinta minutos, después de un par de curvas muy cerradas, pasamos junto a una braña que se encuentra un poco metida entre el bosque y donde se encuentra la cabaña de Andrinoso, salimos a lo alto de la loma y pasamos a otra vertiente algo más clara y despejada de árboles. Después de esta zona despejada llegamos de nuevo a una zona de bosque y en el que encontramos un cruce hacia la derecha junto a una cabaña, pero no abandonamos la pista principal que se dirige hacia la ermita del Moral.
Despues de un par de curvas habrá que coger el sendero a la izquierda que nos adentrará en el bosque. En esta entrada al bosque nos encontramos un cartel indicativo de la ruta PRS-111 y que nos dirige hacia la braña del Jou de la Collá y la vuelta de la Cotera, además también encontramos un cartel indicativo de la flora y fauna de esta zona.
Este sendero penetra en pleno bosque y a veces se encamina a través de enormes prados atravesando puentes de madera sobre los meandros del riachuelo de la Toba así como los del río Lar. Aquí empieza un bonito y divertido sendero lleno de hojas en la época en la que estamos.
En este tramo nos encontramos varias pasarelas de madera, bastante resistentes aunque resbaladizas, que cruzan sobre varios arroyos que van a parar al regato de la Toba.
Después de casi hora y media de camino nos topamos con un cartel para desviarnos unos metros del camino principal para ver uno de los árboles singulares, conocido con el nombre de “Roble tumbado” de Bujilices. Retrocedemos para volver al sendero principal y dirigirnos hacia el Jou de la Collá.
Despues de atravesar una zona mas despejada llegamos a un cruce donde hay dos carteles, dos direcciones, una hacia las "Las Rozas" camino mas corto que nos lleva hasta el punto de partida, y otra hacia "La vuelta de la Cotera" para hacer una ruta circular un poco más larga.
Escogiendo la segunda opción, bordeamos la loma y nos introducimos en la cabecera que vierte aguas al río Lar, en otros tramos llamado río de los Vados o Bayones.
Aquí se vuelve a repetir el paisaje, bosques de hayas, robles, acebos, así como entrada y salida de una gran multitud de pequeños arroyos, los cuales atravesamos gracias a unos rústicos puentes o pasarelas de recias maderas, rodeando las correspondientes lomas que les separan.
Continuando por el sendero, llegamos al cruce principal con la pista que por un lado nos dirige a la casa del Monte y por la otra hacia la ruta del Hayacorvá.
En este cruce se ve los diferentes indicadores que nos dirigen por dos de los Pequeños Recorridos que hay en esta zona.
Ya sólo queda seguir por esta ancha pista que nos dirige a
nuestro punto de partida. Pronto pasamos por un puente de hormigón sobre
el arroyo de los Cuévanos y enfilamos el tramo final junto al cauce de
este arroyo y más tarde del río Bayones. Seguimos el camino y hemos llegado al final de la ruta.